La
negociación del convenio en algunos sectores, todavía se produce en un ámbito
provincial. A la mesa se sientan sindicatos y patronal, con el objeto de que
previas conversaciones y presentaciones de plataformas se llegue a acuerdos
principalmente de subida de salarios, jornada, días de libre disposición
En
estos momentos la negociación es subida salarial versus antigüedad y también se plantea que toda la remuneración
que no vaya unida a la productividad no tiene sentido.
El
argumento de la patronal es claro, en jornadas parciales: “no se puede aumentar
la jornada a un trabajador con una gran antigüedad, porque supone unos grandes
costes salariales y la alternativa será contratar un trabajador nuevo”.
La
patronal hace planteamientos de economía domestica: el objetivo de la
negociación es tener unas condiciones de trabajo que permitan que la
productividad esté por encima de los costes salariales.
No
es solo la economía lo que mueve una empresa, también la estabilidad y hay que
regular en convenio las condiciones para calcular
costes de la prestación de servicios y también de las
licitaciones que en la actualidad han descendido entre un 20 y un 30%.
Sin
embargo, la antigüedad es una conquista intocable para el órgano social aunque
ya empiezan a hablar de fórmulas como
sustituir la antigüedad por planes complementarios de pensiones y siempre que
no constituya una pérdida de derechos para el conjunto de los trabajadores.
A
menudo la negociación ya está hecha, en conversaciones previa en despachos, en
los pasillos, en las cantinas donde hay reuniones pre- y post- al escenario
formal de la negociación colectiva.
La
liberación de los delegados de personal, las reuniones en los centros de
trabajo informando de la negociación, todo debe tener sentido en un estado
social y democrático de derecho si se llegan a acuerdos que permitan el tan
deseable mantenimiento del empleo.
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