Me apremiaba las fechas, después
de escribir el primer post de noviembre, me había propuesto uno al mes pero ya
veis que no ha sido posible.
No ha sido posible porque he
estado inmersa en reuniones constituyendo una nueva asociación empresarial.
Esta vez quería compartir con
vosotros, la dificultad que tenemos los seres humanos de COMPARTIR, de compartir ideas, de compartir clientes, de compartir
proyectos, de compartir asociación para SUMAR.
La ley 19/1977
de 1 de abril sobre regulación del
derecho de asociación reglamenta esta organización, que sigue siendo una entidad que por
definición tendrá la puerta abierta a la participación
de todas las empresas pero
entender esta cuestión tiene sus dificultades en la práctica.
En estos casos es fundamental que
la persona que hace cabeza haga suyo este mensaje y se lo transmita por activa
y pasiva a los asociados porque finalmente, son ellos los que le han dado la confianza
eligiéndolo como presidente.
Además existen otros mecanismos,
una vez aprobados los Estatutos, que ayudan en esta labor inicial, como puede
ser especificar en una NORMA DE
FUNCIONAMIENTO INTERNO, cuestiones
concretas relativas al trabajo y a su
desempeño que eviten el intrusismo
profesional y la competencia desleal.
Por último después de que la
asociación ha superado todos estos avatares iniciales y se ha logrado un espíritu de consenso quiero compartir también
que he visto mucha ilusión, afán de
sacar adelante cada una de sus empresas con lo que mejor saben hacer y que van
a compartir con el resto de los socios, organización de comisiones de trabajo
con el objeto de que cada miembro de la Junta Directiva pueda ser la referencia
de cuestiones de interés, tales como formación, redes sociales, normativa…
También en el asociacionismo hay planes
lúdicos como otra forma segura de atraer de forma indirecta clientes y como contribución activa y voluntaria a la
mejora de nuestra sociedad, así charlas, talleres, foros de discusión
abiertos son ejemplos que pueden funcionar.
