De repente te nombran presidente de una asociación
empresarial y te encuentras que sabes dirigir tu empresa, tienes experiencia,
incluso eres una referencia notoria .Te eligen porque el resto piensa que tu
empuje les representará a nivel institucional y negociarás mejor que otros los
intereses del sector.
La andadura como presidente es otro trabajo y en esto, si no
has participado en un movimiento asociativo, se antoja como mínimo novedoso,
intenso, un encaje de bolillos, asumir las distintas tareas que vienen y van.
Es deseable, que el presidente, apoyado en su junta directiva,
lleve el barco, contra viento y marea y apueste durante los años que tiene el
mandato por su proyecto. Después, las elecciones, renovarán o no su mandato.
Además cuando la asociación tiene un número de miembros
numeroso, hay que trabajar sabiendo que existen voces discordantes y el sistema
de votación de acuerdos equilibrará la toma de decisiones.
El cargo de presidente no es un cargo es una carga.
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