jueves, 19 de marzo de 2015

Salir de tu zona de confort o ponerse las pilas

Voy a seguir compartiendo experiencia y esta vez quiero hablar de las consecuencias que tiene que otro asociado te haga salir de la adorada zona de confort.
Los años de práctica como Secretario Técnico permiten que cada vez se controle más lo propio e incluso que  parezca que nada debe cambiar.
Cuando los asociados no están inmersos en la cultura del asociacionismo y vienen a las reuniones porque les interesa su contenido, contactar con otros, hacer un parón profesional en busca de otras ideas que pueda transmitir el presidente, estas, en general, son pacíficas.
Cuando entra en juego un asociado que por diferentes motivos, pero sobretodo por su experiencia, constata que no se han cumplido plazos marcados por los Estatutos ya sea de convocatoria, ya sea de aprobación de acuerdos, o de otro tipo, entonces el ambiente en la asociación  se vuelve confuso.
Las reuniones que se han originado con naturalidad, con el objeto de trabajar, de sacar proyectos en común y cuyos acuerdos se votan prácticamente a mano alzada, ahora obligan a centrarse en la formalidad como pieza fundamental en las reglas del juego de la asociación.
En este mismo sentido, la auditoria de calidad genera a menudo la necesidad de modificar actuaciones  pero con el objeto que cuando otra persona realice esa función sea capaz de dar continuidad al trabajo siguiendo los  procedimientos ya establecidos.


Para concluir, esta situación es muy positiva, obliga a revisar otra vez estatutos, a leer con detenimiento  plazos de convocatoria, mayorías en la adopción de acuerdos y en términos coloquiales  a “ponerse las pilas”, es decir, activarse y motivarse  para  sensibilizar  a los asociados de la bondad de que el fondo y la forma tienen que ir acompañados.