domingo, 26 de abril de 2015

Lavarse los dientes

Una de las fortalezas de las asociaciones debería ser organizar formación a medida del sector que agrupe.
Para ello  si la asociación está integrada en una patronal provincial, existe un departamento de formación, con experiencia para apoyar y orientar en este sentido.
Además se suele  utilizar la formación, como reclamo para atraer a nuevos miembros. En este caso era gratuita para asociados y una cantidad simbólica para los que no y con este motivo se sumaron 2 nuevos que llevaban tiempo pensando en la incorporación pero que esta invitación les resultó bastante atractiva.
Supervisaba la sala donde se iba a realizar la jornada de corrección  postural y hábitos saludables, por supuesto,  en las instalaciones de la patronal, porque hay que procurar situar al asociado, siempre que sea posible en esta casa para que  cada vez sea más consciente que viene a la sede de su asociación.
El osteópata, Rafael Núñez, me dijo que me quedase a la primera parte, que era la más importante, la de sensibilización.
La charla comienza diciendo que de nada sirve el adiestramiento en  unos hábitos, si previamente no se ha realizado un ejercicio de motivación y además concluye que esa es la clave de eficacia en la atención  a sus clientes.
En la motivación incluye argumentos universales: "vosotros atendéis personas y no podréis hacerlo bien si vosotros no estáis bien".
Preguntaba: "¿pondrías tu coche a la velocidad de un coche de carreras?"
Silencio…
Tenemos la responsabilidad de cuidarnos para llegar en las mejores condiciones posibles a la vejez, no solo por nosotros sino por las personas que están a nuestro alrededor que nos tendrán que cuidar.
¿Quién no tiene tiempo de lavarse los dientes a diario?
Este y otros hábitos los tenemos interiorizados y nadie pondría argumentos de cansancio, falta de tiempo, u otros para no hacerlo.
"Lo más importante de esta sesión es que consigáis interiorizar algunos cambios", y entre esas propuestas, habló de empezar el día con una meditación analítica.
Diez minutos al día, en una silla cómoda, con los ojos cerrados, empieza a concentrarte en tu respiración abdominal y  visualiza tu jornada con todos los imprevistos que va a tener, esa llamada complicada, el proveedor al que tienes que hacer una reclamación, la venta que tienes que conseguir…y repítete a ti mismo: "acepto las cosas tal y como son".
El ponente argumentaba a favor de esta técnica relatando en primera persona que, siendo una persona bastante irritable, la práctica constante de este arte le ha permitido bajar bastante sus niveles de estrés.
Otro argumento de peso que nos dio es que el cliente nos elige no solo por nuestra profesionalidad, sino muchas veces por la atención exquisita que le damos y esto también es vital no solo para el primer servicio sino para que repita y así llegar al objetivo de la fidelización.