De repente veo un número largo en
mi teléfono silenciado, uno de esos que uno sabe que son de cualquier
administración. Ya eran las dos y a pesar de que tenía una persona en el
despacho, lo descolgué.
-¿Es usted fulanita?
-Sí, respondí.
Yo con el corazón en un puño y continuó
la voz: ¿acepta una sustitución por jubilación para este IES?
-No puedo decirle nada, en este
momento estoy trabajando. - Supliqué que me dejara una hora y el funcionario se
apiado de mí y me dijo que al día siguiente, a primera hora, me llamaría.
Me fui a mi clase habitual y por el camino llamé a mi compañero de
fatigas con esta noticia. Apenas pudimos
charlar porque salía disparado para su trabajo.
En clase me llamaron varias veces
la atención porque la profe veía que no estaba atenta a las indicaciones que me
daba. Al final de la misma me disculpé y le expliqué que me habían hecho una
llamada que me había descolocado por completo.
Llevaba un diálogo interior de no
cambiar después de una larga conversación con mi hermana. Llegué a casa,
acompañé a mis hijos en sus tareas y pasé la tarde. Enseguida se hizo de noche
y apareció mi marido.
Nos encerramos en la cocina
y empezamos a hablar. Empezó a
desgranarme las bondades de un puesto de profesor de secundaria. Entonces me di
cuenta que:
No quería dejar un trabajo
conocido y más o menos previsible con algunos picos que me hacían pasar por
desiertos pero que luego se ordenaban.
No quería dejar a mis compañeros
y hacer otra vez un esfuerzo de adaptarme a otros nuevos.
No quería dejar unas
instalaciones cuidadas.
No quería dejar mis contactos en
la empresa privada en unos momentos en que es vital en el mundo profesional la
prescripción de otros.
No quería dejar de disfrutar de
mantener una cartera de clientes fruto de casi
12 años de trabajo.
No quería prescindir de
conversaciones amables con compañeros donde la relación ya supera la
cordialidad y está llena de un gran afecto.
En definitiva no quería dejar de
compartir VIDA en un espacio que en general ha sido amable.
El trabajo ahora está muy
ajustado; el que lo tiene debe que tener una gran disponibilidad y yo la he
tenido estos años a pesar de tener tres
hijos muy pequeñitos.
Mi tarea con algunos sectores
empresariales me ha permitido de primera mano conocer la problemática, la
legislación que viene, las negociaciones a nivel estatal, encuentros
institucionales, etc.
Son tantas cosas las que he
disfrutado que no quiero por menos de plasmarlas en este escrito, que me
ayudará a hacer el duelo de mí ya trabajo anterior.
Después de pasar una noche en
vela, decidí que era sensato y una oportunidad que la vida me brindaba aceptar
este cambio.
Acudí a la faena con el estómago encogido
y traté de organizar lo mejor posible mi salida.
Después de comunicarlo a la
gerencia y tener una contestación de agradecimiento por el trabajo realizado y
deseo de lo mejor para el futuro, se iba despejando la nueva realidad.
Ya solo me quedaba un día y seguí
trabajando con normalidad. Me despedí con un cordial buen fin de semana largo.
Ahora ya podía comunicarme con
todos mis compañeros y explicarles uno a uno que había aceptado un nuevo reto con
nuevas ventajas e inconvenientes.
Ha sido tremendamente
satisfactoria la despedida y quiero
copiar y pegar algunas de las frases de los grupos de wasap que quedarán como
recuerdo:
“Antes de que salga del grupo quiero agradecer el trabajo que ha
realizado pero sobre todo el apoyo en todos los momentos mejores y peores
siempre he sentido que estaba con nosotros dentro y fuera de su horario
profesional .Muchas gracias María Jesús y te deseamos lo mejor”
“Muchas gracias María Jesús por todo. Por estar siempre ahí para todos
nosotros y apoyar a la asociación y la federación en todo.”
“Gracias Maria Jesús, siempre dispuesta y atenta a todo. Sin ti, no
hubiera sido igual .Que se cumplan tus expectativas.”
“María Jesús, gracias por todo. Tú has sido una de las personas que
considero más implicadas en este proyecto”
“Y personalmente no tengo palabras para agradecerte q has estado ahí en
los buenos y malos momentos con esta loca vida que nos ha tocado”
“Me alegro mucho por ti María Jesús ! Pero desde luego te voy a echar
menos!! La empresa ha perdido una trabajadora estupenda, humana y gran
compañera.”
He llamado a todos mis compañeros,
a pesar de que esa llamada se me antojaba más apetecible con unos que con
otros. A todos quiero agradecer la compañía y la vida compartida.
Para mí solo es un punto y
seguido en mi realidad profesional que se me antoja todavía larga.
Cuando he llegado al IES y he
hecho la presentación y las gestiones oportunas, me han sugerido amablemente
que levantara el pie del acelerador y es que, de momento, no puedo evitar
llevar la impronta del mundo de la empresa.
Poco a poco me adaptaré a esta
nueva etapa con mirada atenta y viviendo intensamente la realidad.
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