En el trabajo diario cualquier
ocasión es buena para visitar y captar empresas. El motivo para verlas, en esta
ocasión, fue la recogida de documentación para otro departamento. La entrada la
tenía asegurada y solo debía generar confianza en la entrevista.
Mientras recorría las calles me
planteaba lo importante que es la imagen de nuestras instalaciones, una
ubicación, un portal, una oficina a pie de calle o en una entreplanta,…
Alguien que te abre la puerta,
como es su saludo, cual es el estado de las instalaciones, olor a tabaco, la
radio encendida a tope,… Yo podría haber sido un potencial cliente de la
empresa o un futuro colaborador.
Los despachos profesionales a
veces olvidan estos detalles y para el que viene de fuera la imagen es nefasta.
Además, en las entrevistas pregunté por el mismo servicio a las cinco empresas
visitadas. Un dato: el precio oscilaba y para las mejor emplazadas y con
mejores instalaciones, su tarifa duplicaba a las de aquellas que ofrecían una
imagen peor.
En conclusión: he optado por
aquella empresa que me ha generado confianza a través del conjunto de
instalaciones, profesionalidad y precio. No ha sido precisamente la más barata.
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